Durante toda nuestra vida como padres o profesores nos quejamos continuamente de que nuestros hijos o alumnos tienen características que realmente nos molestan, que tienen comportamientos que no nos gustan y que desearíamos que no fueran “así”.
Pero que hacemos al respecto? Una reprimenda física lo único que hace es confundirlos mas ya que no entienden porque merecen esto lo que a futuro causa problemas de autoestima. Por otra parte las reprimendas que se basan solo en palabras tienen un pequeño problema:
Generalmente solemos decirles “no hagas esto, no digas esto, no seas así, no te portes de esa manera” cuál es el error? El cerebro no está programado para entender la palabra “no” por ende solo logramos entender el resto de la frase: “hagas esto, digas esto, seas así, portes de esa manera”. Hay diferentes teorías al respecto de por qué sucede esto pero en resumen podemos decir que nuestra mente no está programada para dicha cosa.
Cuál es la manera correcta de hacerlo? Primero que todo tranquilizarnos! Eliminar la ansiedad que nos produce que las cosas no sean como queremos, adoptar un tono imparcial, ponernos en una pose neutral y dirigirnos a hablar con ellos.
Cuando hacerlo? No después de una pelea, un regaño, un castigo. Esto debe hacerse en un momento donde todos estemos libres de estrés, como un domingo a la tarde donde estemos relajados y puede ser incluso en el parque luego de que jueguen un poco (no mucho porque estarán cansados y se aburrirán pero si lo suficiente para que no quieran ir a jugar mientras conversamos con ellos, no debe interrumpirse el dialogo).
Antes que hacerlo debemos tener claro que queremos y porque lo queremos. Ej: “me molesta cuando gritas frente a los invitados porque me parece que LES faltamos el respeto y los hacemos sentir tristes” y luego que nos gustaría y como nos gustaría que eso pase: “seria mejor que cuando quieras gritar, pidas disculpas y te retires a tu habitación te sientes y pienses mientras miras esta imagen que estará pegada en la pared”.
Qué imagen? Dos cosas básicas: un pictograma de emociones, es decir que estén caritas tristes, enojadas, felices, eufóricas, etc. Y otro cartel donde diga: porque me siento así? Que quiero hacer bajo este estado de humor? Porque quiero hacer esto? Como me hará sentir el hacer esto? Realmente vale la pena hacerlo? Y qué consecuencias tiene si lo hago?
Esto invitara al niño que ya tenga un nivel básico de lectura o comprensión a que reflexione sin darse cuenta! Primero a que ubique lo que realmente siente en los pictogramas, podemos pedirles que hagan una cruz o un circulo en la emoción que sienten y luego que al ver las preguntas piensen sobre lo que sienten.
Que logramos de esta manera? Hacer trabajar las dos partes del cerebro, conectar nuestros dos hemisferios cerebrales el emocional y el racional, logrando hacer una homeostasis que tanto nos cuesta alcanzar en determinados momentos.
Si bien parece difícil sobre todo con el carácter fuerte que tienen muchos niños, debemos recordar que estas reacciones impulsivas en la mayoría de las veces se convierten en hábitos, como sabemos si paso esto? Porque lo hacen siempre en las mismas situaciones o durante las mismas horas. Por ende reprogramar este habito que muchas veces cae en condicionamiento tal como dijo Pavlov demorara aproximadamente 45 veces, es decir tendremos que hacer lo mismo durante 45 situaciones para ver los resultados finales pero claro! Durante el transcurso podremos ir viendo un cambio progresivo y lento pero seguro.
La plasticidad cerebral es una de las maravillas de la infancia y no olvidemos lo que son ahora serán en un futuro, tal cual! Así que debemos ayudarles ofreciéndoles y ofreciéndonos las herramientas necesarias que los ayuden a entender el mundo, ese mundo que aun a nosotros muchas veces nos parece complicado.
PD: También pueden usar este método con ustedes mismos! jajaj
1 comentario:
que buen artículo, me parece muy bueno q se explique el paso a paso de una técnica de una manera tan clara
Publicar un comentario