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martes, 14 de mayo de 2013

Guiones de obras de títeres con animales

Esta obra de títeres es ideal para presentar en la escuela o en familia. Es de un texto de Belén Camacho Sánchez y se titula “La herencia”.

La herencia


La escena se desarrolla en un mundo lleno de animales, se abren las cortinas del teatrillo y se ve aparecer al toro y a la vaca conversando.

Toro: Y qué…¿Te has enterado de la noticia?

Vaca: ¿Noticia, qué noticia?. Yo nunca me entero de nada.

Toro: He oído que el gato ha heredado.

Vaca: ¿Cómo?

Toro: Sí, sí, ¿Te acuerdas de su tía Enriqueta?.

Vaca: Sí, esa que era millonaria y vivía en Florida.

Toro: Esa, esa, pues parece ser que se ha muerto y le ha dejado toda la pasta.

Vaca: Pues sí que va a engordar, macarrones, tallarines, lacitos…

Toro: ¡Qué no, qué no me refiero a ese tipo de pasta!. Le ha dejado todo su dinero.

Vaca: Madre mía, pues entonces habrá que ir a visitarle y ayudarle a gastarse toda esa pasta ¿No crees?, jajajajajajaja.

Ambos se marchan riéndose, mientras aparece en escena el Cangrejo, narrador de la historia.

Cangrejo: Pues ya lo habéis visto, el gato parece ser ahora un gran millonario y todos parecen querer ser sus amigos, ¿Qué os parece?. Ahora me voy, viene alguien.

EL Cangrejo se va mientras entran en escena el León Y el Elefante.

León: Y a ti ¿Qué te pasa?.

Elefante: ¡Ah, perdona no te había visto, estaba pensando!

León: ¿Pensando, en qué?

Elefante: Pues en cómo hacerme amigo del gato, ahora que tiene dinero tengo que aprovechar.

León: Pues no creo que quiera ser tu amigo, siempre lo estás incordiando con esa trompa larga que tienes.

Elefante: Sí, es cierto que me encanta fastidiarle, sobre todo cuando está durmiendo.

León: Aunque me has dado una idea, podemos ir a verle y probar a ver si lo conseguimos.

Elefante: ¡Estupendo, vamos, no quiero perder la oportunidad!

Ambos se marchan juntos, y el amigo Cangrejo aparece de nuevo.

Cangrejo: ¿Lo veis?, ¡Qué barbaridad! Ahora todos intentan acercarse al gato cuando antes pasaban de largo, el saber que tienen dinero los está trastornando, por cierto, por ahí llega el príncipe rana, a ver qué le parece todo esto.

La Rana entra en escena

Rana: ¡Ehhhhhhhhhhh, hola amigo tenazas! ¿Qué haces aquí tan solitario?

Cangrejo: Aquí con unos amiguitos (señala al público) contándoles lo del gato y su dinero.

Rana: ¿Dinero? ¡Qué bromista, el gato es más pobre que los mendigos del barrio!

Cangrejo: ¡Qué nooooooooo, qué ha heredado y ahora tiene más dinero que…que…que…túúúúúúúú!

Rana: ¡No es posible!

Cangrejo: ¿Es que no te alegras por él?

Rana: ¿Alegrarme? Todo lo contrario, he de encontrar la forma de quitárselo, nadie puede ser más rico que yo aquí en mi reino.

Se marcha enfadadísimo dejando al Cangrejo pensativo.

Cangrejo: Pues ya lo veis, creo que el pobre gato no conseguirá tener ni un amigo verdadero, pero mirad y estar atentos porque creo que viene por allí.

EL Cangrejo desaparece y entra el Gato cabizbajo y muy triste.

Gato: (Mira al público) Ah, hola, ¿estás ahí? Perdonad no os había visto, estoy algo distraído. Seguro que sabéis por qué y si no yo os lo digo, pues nada que yo sólo quería tener amigos y me inventé lo de mi tía Enriqueta, pero ahora todos piensan en el dinero y no en mí ¡Qué tristísimo estoy! (Llora)

Mientras llora aparece el Erizo

Erizo: Ehhhhhh, Don gato ¿Qué es lo que te pasa?

Gato: Nada , seguro que ya lo sabes.

Erizo: ¿Enterarme, de qué? Yo venía a invitarte a merendar y como sé que no andas bien de dinero pago yo.

Gato: ¿Lo dices de verdad, así que tu ofrecimiento es sincero?

Erizo: Pues claro, yo tampoco tengo muchos amigos, por eso de las púas dicen que pincho todos los balones y no quieren jugar conmigo así que pensé que tal vez tú…

Gato: ¡Es fantástico! Siempre quise tener un amigo con el que compartirlo todo y ahora mi sueño se ha cumplido, no te doy un abrazo porque tus púas me impresionan, pero sabes algo, creo que esto es el comienzo de una gran amistad.

Erizo: ¡Yo también lo creo!

Ambos se marchan muy contentos, aparece el Cangrejo.

Cangrejo: Pues ya lo habéis visto, espero que hayáis aprendido que lo importante de alguien no es el dinero, ni de qué color sea, ni de dónde venga, lo importante es él mismo. Hasta pronto chicos-as, seguro que volveremos a vernos.

Fin



Este guión esta basado en un cuento que lleva el mismo nombre y se puede adaptar para niños de entre 3 y 4 años pero por otro lado, puede recomendarse para niños de más edad.

El gusanito


(Estamos en mitad del campo. A nadie se ve. Entra Gusanito que se arrastra por el suelo, lentamente).

(Cada vez que el Gusanito entra en escena, la atraviesa en su totalidad y sale por el extremo opuesto al que entró).

(Cuando lleva un rato con su avance, y desde el otro extremo entra Saltamontes, que se acerca al primer personaje).
SALTAMONTES.-
Hola pequeño, ¿hacia dónde vas?
GUSANITO.-
Anoche tuve un sueño.
SALTAMONTE.-
No está mal para ser un gusano. ¿Y…?
GUSANITO.-
En el sueño estaba en lo alto de la gran montaña y veía todo el valle. Fue todo tan bonito, que he decido ir hasta la montaña y realizar mi sueño.
SALTAMONTES.-
Estás loco, pequeñajo; la gran montaña está muy lejos y tu eres diminuto.
GUSANITO.-
(Comienza a caminar de nuevo).
Llegaré si me esfuerzo lo suficiente.
SALTAMONTES.-
¿No te das cuenta de que es imposible? Una simple piedra será una montaña inmensa y un agujero en el suelo será un valle imposible de cruzar.
GUSANITO.-
Tengo que intentarlo.
(Sale Gusanito).
SALTAMONTES.-
¡Estás loco, gusano!
(El Saltamonte sale por el centro).
(Vuelve a entrar el Gusanito, lentamente).
ESCARABAJO.-
(En off, cuando Gusanito lleva un rato con su acción de avanzar).
¿Se puede saber a dónde vas?
GUSANITO.-
Hacia la gran montaña.
(Entra el Escarabajo).
ESCARABAJO.-
La gran montaña, es muy grande y está lejos, muy lejos.
GUSANITO.-
Tuve un sueño y en él yo llegaba a la gran montaña.
ESCARABAJO.-
Los sueños, sueños son; gusano loco.
GUSANITO.-
Prefiero ser loco que estar todo el día con la cara hacia abajo. Adiós escarabajo.
(Sale Gusanito).
ESCARABAJO.-
¿Y qué tiene de malo mirar hacia abajo? Así ves lo que está en el suelo.
(Mira en la dirección en la que salió el gusano).
Pobre gusanito loco.
(Sale por el centro).
(Entran una Rana y el Saltamontes).
RANA.-
No te puedo creer.
SALTAMONTES.-
Yo salto y salto, pero nunca miento, ni lo intento.
(Entra Gusanito, con su esfuerzo, y se le ve más cansado).
Mira, ahí viene.
RANA.-
(Que se acerca a Gusanito).
¿Es cierto que quieres llegar a la gran montaña para poder ver todo el valle?
GUSANITO.-
Ese es mi sueño.
SALTAMONTES.-
¿Está loco o no lo está?
RANA.-
Nunca llegarás. Eres más pequeño que yo y yo jamás lo he intentado.
GUSANITO.-
Y si no lo has intentado, ¿cómo sabes que no llegaré?
SALTAMONTES.-
¿Te dije o no te dije?
RANA.-
No lo he intentado porque soy razonable.
GUSANITO.-
Dejadme. Es mi sueño.
(Sale Gusanito).
RANA.-
Mi sueño es comerme una mosca tan grande como un saltamontes.
SALTAMONTES.-
¿No querrás comerme, verdad?
RANA.-
No eres una mosca.
SALTAMONTES.-
Pero soy tan grande como un saltamontes.
RANA.-
Porque eres un saltamontes.
SALTAMONTES.-
Como intentes comerme, te monto una plaga.
RANA.-
Me estás dando sueño.
SALTAMONTES.-
¿También tu tienes un sueño?
RANA.-
(Qué ríe).
Esa si que es buena… ¡Un sueño!
SALTAMONTES.-
(Ríe. Imita al Gusanito).
Dejadme. Es mi sueño.
RANA.-
Que se convertirá en su pesadilla.
(Salen ambos con sus risas).
(Entra Gusanito que avanza por la escena hasta llegar al centro de la misma, lugar en el que se detiene un instante).
GUSANITO.-
Estoy muy cansado… Muy cansado. Debo seguir. Mi sueño es mío y prefiero morir antes que dejar de intentarlo.
(Sigue avanzando hasta que sale de escena).
(Durante un tiempo en el que la escena permanece vacía, suenan truenos y si existieran posibilidades técnicas la escena se iluminará, como si resplandecieran los rayos en ella).
(Entran Rana y Saltamontes).
RANA.-
¡Menuda tormenta!
SALTAMONTES.-
La mayor que hemos tenido nunca.
RANA.-
¿Qué habrá sido del gusano loco?
SALTAMONTES.-
Ya te puedes imaginar…
(Entra Escarabajo).
ESCARABAJO.-
¿Sabéis algo del gusanito que tenía un sueño?
RANA y SALTAMONTES.-
Ya te puedes imaginar…
ESCARABAJO.-
Yo no imagino nada. Soy un escarabajo y sólo miro hacia abajo.
RANA.-
Seguro que algún día, encontrarás su cuerpito enterrado en el barro.
ESCARABAJO.-
¿Creéis que ha muerto?
RANA.-
Ya te puedes imaginar…
ESCARABAJO.-
Precisamente por imaginar cosas ha muerto ese gusano. Lo mejor es tener siempre los pies en el suelo, y a ser posible también la cara.
SALTAMONTES.-
Cada uno debe conformarse con lo que le ha tocado en suerte.
RANA.-
La vida es como es, y ningún gusano la cambiará jamás.
(Escuchamos una risas de alegría).
(Volando sobre los tres personajes entra una Mariposa, que cuando habla, reconocemos por su voz que es el Gusanito que se ha transformado en mariposa).
MARIPOSA.-
¡Puedo volar!, ¡ahora alcanzaré mi sueño!
RANA.-
¡El gusano se ha vuelto mariposa!
ESCARABAJO.-
¡Qué poca vergüenza!, si uno es gusano, siempre debe seguir siéndolo.
MARIPOSA.-
¡Adiós amigos!, la montaña me espera. Un nuevo mundo se abre ante mi.
(Sale Mariposa).
ESCARABAJO.-
¡No sigas adelante; volverás a morir!
RANA.-
Los jóvenes creen que con volar se arregla todo.
SALTAMONTES.-
¡Si tienes los pies en el suelo, estarás siempre seguro!
(Una red inmensa atrapa a los tres personajes).
NIÑO.-
(En off).
Mamá, he atrapado a tres bichos.
MADRE.-
(En off).
¿Y qué vas a hacer con ellos?
NIÑO.-
(En off).
Los meteré en una caja.
(Sale la red con los tres personajes).
MADRE.-
(En off).
¡Bichos!, ¿cuándo sentarás la cabeza?
(La Mariposa atraviesa la escena y sale).

Fin

Este guión está basado en un cuento español llamado “La ratita presumida”. Es adecuado para niños a partir de los 3 años.

La ratita presumida


(Escenografía: se ve la casa de la ratita presumida, desde fuera. Debe tener unos pequeños escalones).
(Entra la Ratita Presumida vestida con un sencillo delantal, trae una escoba y con ella se pone a barrer delante de su casa).
RATITA.-
(Deja de barrer, mientras mira a un punto en el suelo).
¿Qué es esto que brilla?
(Se agacha y lo coge).
¡Es una moneda de oro!
(Mira a un lado y otro).
A alguien se le cayó, pero en este momento sola estoy yo.
(Y sin media palabra más, se guarda la moneda en su delantal).
(Sigue barriendo, como si nada hubiera pasado).
RATITA.-
Si en un rato no aparece nadie para reclamarla, me compraré algo con esta moneda de oro.
(Sigue barriendo. Cada vez que habla, deja de barrer; y cuando guarda silencio, barre).
RATITA.-
Parece que no viene nadie. ¿Y qué podré comprarme con la moneda? ¡Ya lo sé!, unos caramelos. No, no; las chuches producen caries y no quiero estropear mis bonitos y blancos dientes.
(Barre).
¡Ya lo sé! Unas buenas agujas con las que coser y dejar bonito mi delantal. No, no; me podría pinchar con una de las agujas.
(Barre).
¡Ya lo sé!, me compraré una rebeca nueva. El otro día vi una preciosa en la tienda que está en la plaza. ¡Eso haré!
(Y ni corta ni perezosa, deja su escoba apoyada en los escalones de su casa y sale de escena).
(Al poco rato, entra el Gallo).
GALLO.-
¡Qué mala suerte!, hoy no está la Ratita Presumida barriendo delante de su casa. ¡Cachis!, da igual, daré un paseo y volveré dentro de un rato.
(Sale el Gallo).
(Entra un Cerdo).
CERDO.-
Por las bellotas de mi tío Abelardo, no está hoy la Ratita… ¡Bellotas podridas! Iré a comer algo y pasaré a ver si la veo.
(Sale el Cerdo).
(Entra la Ratita Presumida, lleva puesta su nueva rebeca; se la ve muy guapa).
(Enseguida entra el Gallo).
GALLO.-
Ratita presumida, qué guapa estás hoy.
RATITA.-
Muchas gracias, señor Gallo.
GALLO.-
Ratita, ¿te quieres casar conmigo?
RATITA.-
Y por las noches, ¿qué harás?
GALLO.-
Cuando llega la medianoche, grito a pleno pulmón: ¡kikiriki!
RATITA.-
No. No me casaré contigo, que por las noches me asustarás.
GALLO.-
Pues te pierdes a un tipo bien guapo como yo.
(Sale el Gallo todo digno).
RATITA.-
¡Menudo tonto!, ¿a quién se le ocurre ponerse a gritar a medianoche?
(Entra el Cerdo).
CERDO.-
Ratita presumida, qué guapa estás hoy.
RATITA.-
Muchas gracias, señor Cerdo.
CERDO.-
Ratita, ¿te quieres casar conmigo?
RATITA.-
Y por las noches, ¿qué harás?
CERDO.-
Todas las noches, antes de acostarme, me paseo por toda la casa, gritando por si hay ladrones: ¡oink, oink!
RATITA.-
No. No me casaré contigo, que por las noches me asustarás.
CERDO.-
Vaya con la presumida. Que sepas que hay unas cuantas cerdas que estarán encantadas de casarse conmigo.
(Sale el Cerdo).
RATITA.-
¿A qué cochino se le ocurre pasearse por la casa gritando “oink, oink”?
(Entra un Perro).
PERRO.-
Ratita presumida, qué guapa estás hoy.
RATITA.-
Muchas gracias, señor Perro.
PERRO.-
Ratita, ¿te quieres casar conmigo?
RATITA.-
Y por las noches, ¿qué harás?
PERRO.-
En cuanto llega la noche, me encanta ladrar, para desear las buenas noches a todo el vecindario. ¡Guau, guau!
RATITA.-
No. No me casaré contigo, que por las noches me asustarás.
PERRO.-
No hay problema, Ratita; que en otro lugar querrán mis ladridos.
(Sale el Perro).
RATITA.-
¡Qué vida de perros iba a llevar si me casaba con él!
(Entra un Ratón).
RATÓN.-
Ratita presumida, que guapa estás hoy.
RATITA.-
Vete de aquí, que no me casaré contigo, que eres más pobre que las ratas.
RATÓN.-
Pero si yo venía a avisarte que…
RATITA.-
Vete de aquí, que no comes sino del queso más barato.
RATÓN.-
Sólo venía a avisarte que se acercaba un…
RATITA.-
No me interesan tus avisos de pobre.
RATÓN.-
Vale, vale. ¡Vaya, si parece que las rebecas nuevas la ponen de mal humor!
(Sale el Ratón).
RATITA.-
Dicen mis amigas que es el mejor ratón del barrio… Si al menos tuviese un descapotable, o una casita en la playa… Menudo pobretón.
(Entra un Gato).
GATO.-
Ratita presumida, qué hermosa y elegante estás.
RATITA.-
Muchas gracias, señor Gato.
GALLO.-
Ratita, ¿te quieres casar conmigo?
RATITA.-
Y por las noches, ¿qué harás?
GALLO.-
Maullar suavemente y cantarte las más hermosas canciones. Y después, dormir y callar.
RATITA.-
Pues contigo, señor gato, me voy a casar.
GATO.-
Entremos en tu casa y hablemos de los planes para la boda, que todo tiene que estar muy bien preparado, para que nada falle.
RATITA.-
Veo que piensas en todo, señor Gato.
GATO.-
No lo sabes tu bien, ratita. Entremos en la casa, querida mía.
(Entran ambos en la casa).
RATÓN.-
(Que asoma por un rincón).
Esto no me gusta ni un pelo de gato.
(Sale).
GATO.-
(En off).
Ven aquí, rata tontorrona. Empecemos por el banquete de bodas… ¿Dónde te has escondido?
(La Ratita sale por la puerta de su casa).
RATITA.-
Socorro, socorro; el gato me quiere comer.
RATÓN.-
Ven aquí y escóndete.
(La Ratita se acerca hasta el lugar en el que está el Ratón).
RATÓN.-
Escóndete aquí y llama con todas tus fuerzas al gato.
(La Ratita se esconde cerca del Ratón).
RATITA.-
(En off).
¡Señor Gato!, ¡dese prisa!, ¡que llegamos tarde al banquete!
(El Gato asoma desde la puerta de la casa. El Ratón se esconde también).
GATO.-
Será tontorrona, que aún no se ha dado cuenta de que el banquete es ella.
RATITA.-
(En off).
¡Señor Gato!, ¡dese prisa!
(El Gato se acerca hasta el lugar en el que se esconden los otros dos).
GATO.-
¿Dónde te escondes, preciosa mía?
(En ese momento, una red sale desde abajo y atrapa al Gato, que intenta escaparse, sin conseguirlo).
GATO.-
Querida Ratita, suéltame de aquí, si no, no podremos casarnos.
RATITA.-
Con usted señor Gato, no me casaré.
RATÓN.-
Vine a avisarte de que llegaba el gato, pero no me hiciste ni caso.
RATITA.-
Es usted muy valiente, señor Ratón.
RATÓN.-
En la vida hay que ser valiente, si no quieres que te coman los gatos.
RATITA.-
¿Y no querría usted casarse conmigo?
RATÓN.-
¿No se supone que tendría que pedirlo yo?
RATITA.-
¿No dices que hay que ser valiente?
RATÓN.-
Contigo me casaré, Ratita querida… Adiós, señor Gato; ya avisaremos al señor Perro que usted lo está esperando por aquí.
(Salen la Ratita y el Ratón).
GATO.-
¡Sardinas podridas!, espero que ese perro esté durmiendo la siesta.
(Escuchamos unos ladridos).
¡Sardinas!, ¡está despierto!
(Entra el Perro).
PERRO.-
¡Guau!, te buscaba amigo gato.
GATO.-
Me verás, pero no me cogerás.
(El Gato sale del lugar).
PERRO.-
Te cogeré, ya lo verás.
(Sale en pos del Gato).
(Al rato vuelven a hacer su aparición, el Gato gritando y el Perro ladrando. Entran y salen).
(Entra el Gallo).
GALLO.-
¡Kikiriki!, esta historia termina aquí. La Ratita y el Ratón se dieron un beso y fueron felices comiendo queso. Y todos fueron felices…
(Entra el Gato, aún con la red).
GATO.-
¿Pero qué dices?, yo no soy feliz.
(Sale el Gato. Se escuchan ladridos).
GALLO.-
Es verdad, todos fueron felices, menos el Gato, al que durante un tiempo, tocaron las narices.
¡Kikiriki!, ¡que ya me fui!
(Sale el Gallo).

Fin

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